Expedición Balmis

Real Expedición Filantrópica de la Vacuna

El Doctor Balmis

Francisco Javier de Balmis fue un médico y cirujano español nacido el 2 de diciembre de 1753 en Alicante, y fallecido el 1 de febrero de 1819. Además de sus habilidades médicas, Balmis fue conocido por su destacado papel en la introducción de la vacuna contra la viruela en los territorios españoles.

Balmis inició su carrera como médico cirujano y luego se convirtió en médico personal del rey Carlos IV de España. Su contribución más significativa fue liderar la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna en el año 1803. La Expedición Balmis tenía como objetivo llevar la vacuna contra la viruela a todos los rincones del Imperio español.

La vacuna de la viruela de Balmis

La viruela era una enfermedad altamente contagiosa y devastadora en ese momento, y la introducción de la vacuna de Edward Jenner ofrecía una forma efectiva de prevenirla.

El Dr. Balmis, tras sufrir la trágica muerte de su hija por culpa de la enfermedad, con un enfoque único y visionario, tomó la decisión de realizar la primera expedición sanitaria internacional de la historia. La idea era asegurar la disponibilidad de la vacuna y evitar la propagación en todos los territorios españoles.

La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna

Altruismo, generosidad, magnanimidad, humanitarismo, abnegación, caridad. Estas son las cualidades de la Expedición Balmis.

En 1803, en un esfuerzo sin precedentes por erradicar la viruela de todos los rincones del Imperio Español, el rey Carlos IV accedió a financiar una misión humanitaria liderada por el Dr Balmis.

Lo extraordinario de esta expedición radicaba en su singular método de transporte de la vacuna: los portadores eran 22 huérfanos, en cuyos brazos se pasaba la vacuna de uno a otro a través de la variolización durante la travesía transatlántica.

Esta cadena viviente era una solución ingeniosa ante la falta de métodos de conservación para la vacuna en largos viajes marítimos. El resultado fue un hito en la salud pública mundial, con la expedición extendiéndose por Hispanoamérica y llegando hasta Asia, salvando incontables vidas y estableciendo un precedente para futuras campañas de vacunación en el mundo. 

Inicios de la expedición Balmis

La operación se inició con el embarque en la corbeta María Pita de veintidós niños, el Dr. Balmis, dos médicos asistentes, dos prácticos, tres enfermeras y la rectora del orfanato Casa de Expósitos de La Coruña, Isabel Zendal Gómez. Esta misión logró llevar la vacuna a través de un extenso recorrido que incluyó las islas Canarias, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Nueva España, las Filipinas y China.

El barco transportaba no solo a las personas mencionadas, sino también instrumental quirúrgico, instrumentos científicos y la traducción del “Tratado práctico e histórico de la vacuna” de Moreau de la Sarthe, destinado a ser distribuido por las comisiones de vacunación que se establecieran.

La expedición llegó a Santa Cruz de Tenerife, donde dedicó un mes a la vacunación, y posteriormente zarpó de las Canarias el 6 de enero de 1804, alcanzando Puerto Rico el 9 de febrero de 1804.

Vacuna Balmis

Capitanía General de Venezuela

En La Guaira, la expedición se dividió en dos rutas:

Balmis, acompañado por el apoyo de José Domingo Díaz y Vicente Salias, se trasladó a Caracas, donde estableció la Junta Central de la Vacuna antes de continuar su marcha hacia Puerto Cabello y La Habana. Durante este tiempo, el poeta venezolano Andrés Bello incluso compuso una “Oda a la vacuna” en 1804.

José Salvany y Lleopart, el segundo cirujano, emprendió un viaje hacia la Nueva Granada (que comprendía los territorios actuales de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá) y el Virreinato del Perú (que incluía los actuales Perú, Chile y Bolivia). El recorrido por estos territorios tomó siete años, y los esfuerzos del viaje cobraron la vida de Salvany, quien falleció en Cochabamba en 1810.

Nueva España

En la región correspondiente a la actual México, Balmis seleccionó a veintiséis niños con el propósito de preservar la vitalidad de la vacuna durante la travesía a través del océano Pacífico. Estos niños fueron llevados a bordo del galeón Fernando de Magallanes, una nave perteneciente al Galeón de Manila. El 8 de febrero de 1805, zarparon desde el puerto de Acapulco con destino a Manila, culminando su travesía en la mencionada ciudad el 15 de abril de 1805.

Capitanía General de Filipinas

En Filipinas, la expedición contó con un significativo respaldo por parte de la Iglesia local para coordinar las campañas de vacunación entre la población indígena. En una etapa posterior, específicamente el 14 de agosto de 1809, la mayoría de la expedición retornó a Acapulco. Sin embargo, Balmis, optando por no regresar a las tierras españolas, continuó su viaje en dirección a China. Mientras tanto, Isabel permaneció en Puebla con su hijo, y decidieron no regresar a España.

China

Al darse cuenta de que la vacuna aún no se había introducido en China, Balmis gestionó la autorización para dirigirse hacia Macao, solicitud que fue aprobada. Partió de Manila el 3 de septiembre de 1805.

Tras un viaje accidentado hacia la colonia portuguesa de Macao, Balmis finalmente llegó el 5 de octubre de ese año y se aventuró en territorio chino. Llevó a cabo campañas de vacunación en varias ciudades hasta llegar a la provincia de Cantón.

Regreso a casa

Durante su regreso a España, Balmis logró persuadir a las autoridades británicas en la isla de Santa Elena (1806) para que aceptaran la vacunación de la población. Posteriormente, llegó a Lisboa el 14 de agosto de 1806.

El descubridor original de la vacuna contra la viruela, Edward Jenner, expresó su admiración por la expedición al escribir: “No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este”.

La odisea del doctor Balmis y su caravana de esperanza constituye una de las gestas más humanitarias y audaces de la medicina en la historia moderna.

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